Sacré-Cœur: Una joya de París
Situada en lo alto de la colina de Montmartre, la Basílica del Sacré-Cœur es uno de los monumentos más emblemáticos de París. Con su cúpula blanca visible desde lejos, ofrece una vista panorámica excepcional de la capital francesa. Rodeada por las encantadoras calles adoquinadas y los artistas de Montmartre, la basílica se encuentra en el corazón de un barrio rico en historia y cultura.
¿Por qué visitar el Sacré-Cœur?
Una visita al Sacré-Coeur es imprescindible para quien desee descubrir París desde un ángulo diferente. La basílica en sí no sólo es una obra maestra arquitectónica de estilo románico-bizantino. Pero también es un lugar de meditación y espiritualidad. Los visitantes se sienten atraídos por la belleza del interior de la iglesia, con sus mosaicos dorados, sus vidrieras y su impresionante cripta. Además, al subir los 300 escalones hasta la cima de la cúpula, serás recompensado con una impresionante vista de París. Ideal para fotos memorables.
¿Cuánto dura una visita al Sacré-Coeur?
La duración de tu visita al Sacré-Coeur puede variar en función de tus intereses. Una visita rápida al interior de la basílica puede durar unos 30 minutos. Una exploración más a fondo, incluida la subida a la cúpula, puede llevar hasta 1h30. Hay varios servicios in situ a disposición de los visitantes, como tiendas de recuerdos e instalaciones de restauración. Entre ellos hay cafés y restaurantes en las inmediaciones de la basílica.
Dirección: 35 Rue du Chevalier de la Barre, 75018 París, Francia
Horario: Todos los días de 6.00 a 22.30 h.
Qué hacer después de la visita
Tras visitar el Sacré-Coeur, el barrio de Montmartre ofrece multitud de actividades y lugares por descubrir. Pasea por las pintorescas calles y admira a los artistas callejeros de la Place du Tertre, famosa por sus pintores y caricaturistas. También puedes visitar el Museo de Montmartre para conocer mejor la historia bohemia de este barrio legendario. Para los amantes del teatro, una velada en el Moulin Rouge, a tiro de piedra de la Butte, es una experiencia inolvidable. Por último, no te pierdas un paseo por los tranquilos jardines de la plaza Louise Michel, justo debajo de la basílica, para hacer una pausa relajante antes de seguir explorando París.