Los mejores restaurantes del distrito 1: entre el Palacio Real, las Tullerías y el Louvre
El distrito 1 ofrece una concentración única de grandes restaurantes y direcciones inspiradas. Tanto si buscas refinamiento como si quieres viajar o un placer inmediato, este distrito te deleitará en cada esquina. He aquí nuestra selección de imprescindibles.
Sam Sun: el alma de Seúl en el corazón de París
Sam Sun ofrece una auténtica inmersión en la gastronomía coreana, en pleno barrio del Palais Royal. Aquí no hay folclore ni decoración recargada. El ambiente es sobrio, casi íntimo. Vienes por la precisión de los platos y la calidad de los productos. El bibimbap llega bien caliente, servido en un cuenco tibio. El bulgogi está marinado a la perfección, fundente y fragante. El kimchi está bien equilibrado, ni demasiado ácido ni demasiado picante. Las sopas son reconfortantes, y los fideos fritos muy bien dominados. El personal es discreto, sonriente y siempre atento. Un lugar fiel a las tradiciones de Seúl, con un toque extra de elegancia parisina. Es el lugar perfecto para descubrir una Corea auténtica, sabrosa y sincera.
Sam Sun 삼순, 41 Rue de Richelieu, 75001 París
Yakarta Bali: una escapada balinesa
Djakarta Bali no sólo sirve comida indonesia. Crea un viaje sensorial total. Desde el momento en que entras, el aroma de las especias envuelve el espacio. La madera tallada, las sombras suaves y las estatuas tradicionales preparan el escenario. Acomódate, respira hondo y olvídate de París. Los platos son generosos, fragantes y coloridos. El nasi goreng cruje, los satays se derriten, el rendang de ternera es fragante. Los sambals despiertan el paladar sin agredirlo. Sírvelos con té de jazmín o un cóctel tropical. El personal es sonriente, atento y cálido. Un lugar ideal para celebrar una madre curiosa, abierta al mundo y a los viajes con alma.
Djakarta Bali, 9 Rue Vauvilliers, 75001 París
L’Escargot Montorgueil: reinventar la tradición
L’Escargot Montorgueil forma parte de la escena parisina desde 1832. Pero no te equivoques: la dirección sigue muy viva. El marco de la Belle Époque seduce con sus molduras, dorados y sillones de terciopelo. El ambiente recuerda a otra época, pero la cocina sigue muy viva. Los caracoles se preparan de diversas maneras, todas ellas deliciosas. El vol-au-vent está crujiente a la perfección. El foie gras casero se deshace en la boca. También hay platos vegetarianos, hábilmente integrados en el menú. La carta de vinos es amplia, con clásicos bien elegidos. El servicio es sonriente y muy profesional. Es un lugar de recuerdos, sí, pero también de placer sincero. Perfecto para una madre apegada a los verdaderos sabores franceses.
L’Escargot Montorgueil, 38 Rue Montorgueil, 75001 París
Campelli: finura italiana
Campelli ofrece una cocina italiana elegante sin ser prepotente. La pasta es casera, siempre al dente. Las salsas son tradicionales, pero no excesivas. Los vinos italianos están bien elegidos, con algunos verdaderos hallazgos. El servicio es atento y el entorno relajante. Una dirección ideal para un almuerzo chic entre dos galerías. Aquí, Italia rima con precisión.
Campelli de Vartivar Jarkezian, 36 Rue Croix des Petits Champs, 75001 París
Kapara: Israel exuberante
Kapara lleva la energía de Tel Aviv al corazón de París. La sala bulle y los platos se comparten. Se ofrece hummus, verduras asadas y carnes a la parrilla. Cada plato rebosa vida. El equipo ofrece una cálida bienvenida. Los cócteles contribuyen al ambiente. Es un generoso festín gourmet que rompe moldes. Un lugar que impresiona sin forzar la situación.
Kapara, 9 Rue d’Alger, 75001 París
Benihana: diversión japonesa en el corazón de París
Benihana convierte cada comida en un espectáculo. Este restaurante japonés cerca del Louvre se centra en el arte del teppanyaki. El chef cocina delante de ti, sobre una plancha caliente. Sus movimientos son precisos, rápidos e impresionantes. Las llamas se elevan, los cuchillos bailan. Pero el espectáculo nunca prevalece sobre el sabor. La carne está tierna, las gambas perfectamente doradas. El arroz salteado tiene todo el aroma que puedas desear. Cada plato se sirve caliente, al segundo.
Benihana París, 163 Rue Saint-Honoré, 75001 París
Plénitude – Cheval Blanc: la excelencia personificada
Plénitude no es un restaurante, es una declaración. Situado dentro del Cheval Blanc, ofrece una experiencia total. El chef Arnaud Donckele ofrece una cocina francesa de altos vuelos. Cada salsa se concibe como un vino, cada plato como una composición. El servicio es sencillamente perfecto. El entorno, con vistas al Sena, completa el encanto. Una mesa rara, preciosa, inolvidable.
Plénitude, 8 Quai du Louvre, 75001 París
Restaurante Palais Royal: elegancia discreta
Frente a los jardines, este restaurante hace honor a su nombre. El entorno es tranquilo, elegante, casi secreto. La cocina sigue esta línea. Creativa pero clara. Refinada pero no ostentosa. Te sientes como en tu propia clase. Los camareros ofrecen un servicio amable y respetan los ritmos de cada mesa. El Palais Royal inspira una cocina que se toma su tiempo. Una pausa preciosa entre dos reuniones o museos.
Restaurante Palais Royal París, 110 Gal de Valois, 75001 París
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