Por qué el nuevo espectáculo de Alex Lutz llega al corazón
Un caballo blanco, un contestador automático antiguo y una risa temblorosa. En el Cirque d’Hiver, Alex Lutz ofrece un espectáculo profundamente personal, en la frontera entre los sueños y el luto.
Un solo poético, divertido e inquietante
Titulado Sexe, grog et rocking-chair, este espectáculo no se parece a ningún otro. Más que un espectáculo unipersonal, es un espectáculo unipersonal en la silla de montar, atravesado por el recuerdo de un padre desaparecido. Gérard Lutz, un hombre complejo, acumuló objetos y dolores: síndrome de Diógenes, depresión, cáncer. Su ausencia se convierte aquí en material para la creación.
En la pista de baile, un revoltijo de objetos abigarrados -guantes de boxeo, bolas de petanca, un contestador automático- evoca tanto la sombra de un piso como la de un espíritu. Es un escenario a lo Boltanski, a medio camino entre el art brut y las reliquias sentimentales.
Lutz entre la risa y el llanto
La fuerza deAlex Lutz, que llamó la atención del público con Catherine et Liliane y Guy, reside en su capacidad para hacer reír a la gente y, al mismo tiempo, dejarla con un nudo en la garganta. Imita a la tía baba-cool, al compañero de taberna, al cura de voz hueca… todos ellos fragmentos de un rompecabezas emocional.
¿Uno de los momentos más conmovedores? El recuerdo de un padre obsesionado con el mensaje de su contestador automático. Un sketch divertido, cruel y verdadero. Dos días de silencio impuesto a los niños, por una grabación… que nadie escuchará. Un amargo resumen de una época, de un hombre que quería controlarlo todo, incluso el contestador telefónico.
Un homenaje universal
Alex Lutz juega con su cuerpo como con un material maleable, transformándolo en una escultura viva. Se compara a sí mismo con una vela, una barrita de incienso, lejos de los estándares viriles que describe con ternura e ironía. El público ríe, se conmueve, se reconoce.
Y cuando Tata Yoyo se convierte en Papá Yoyo, asumido a coro como una nana fúnebre, todo el teatro vibra.
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