Desfile Rabanne: el arte de proteger y desvelar
Julien Dossena ha creado una colección Rabanne en la que la intimidad se protege y se revela con toques sutiles, jugando con el contraste entre ocultación y brillo.
El 6 de marzo, en el solemne marco de la UNESCO, Rabanne desveló su colección otoño-invierno 2025-2026, una oda a la conservación de lo valioso. La invitación incluía una llave de plata, símbolo de lo que puede sellarse o abrirse. Una metáfora que adquiere todo su significado en un armario donde cada pieza oscila entre la protección y el desvelamiento controlado.
Entre la modestia y la afirmación
En un sutil juego de superposiciones, Julien Dossena imagina abrigos de piel parcialmente cubiertos de plástico, americanas con doble cierre y vestidos de encaje ocultos bajo gabardinas transparentes. La prenda se convierte en una barrera, no para ocultar, sino para diferir la aparición del cuerpo, revelándolo en fragmentos y en el momento justo.
Esta reflexión sobre la intimidad también se expresa en la propia estructura de las piezas. Algunas piezas revelan forros brillantes o detalles de piel sólo cuando el movimiento de las modelos lo permite. Una alternancia entre contención y ostentación, donde la prenda desempeña el papel de escaparate.
Una visión dual
La idea de un vestuario que oscila entre lo formal y lo expresivo recorre toda la colección. El ejemplo perfecto: un abrigo estructurado con un corte serio, pero dividido en el dobladillo para revelar elementos móviles de piel. Una forma de que Rabanne cuestione la imagen del cuerpo en la sociedad: ¿cómo puede combinarse la apariencia profesional con la riqueza interior?
Fieles al ADN de la casa, los reflejos metálicos y plateados cobran protagonismo en esta danza de lo oculto y lo revelado. Un vestidor como un santuario, donde cada silueta elige su momento para florecer. De este modo, Rabanne celebra el dominio de lo visible, el resplandor discreto de un lujo que se puede domar, y el poder de la expectación.
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