Dior y Jean Imbert desvelan sus creaciones de chocolate para las fiestas en 30 Montaigne
La Casa Dior, en colaboración con el Chef Jean Imbert y el Chef Pastelero Romuald Bizart, ofrece creaciones de chocolate únicas para las fiestas. Estos dulces, tan bellos como deliciosos, celebran la herencia de la marca en el corazón de París.
La elegancia gourmet de Dior
Situada en el legendario número 30 de la Avenue Montaigne, la dirección insignia de Dior en París, La Pâtisserie Dior se engalana con sus mejores creaciones para celebrar las fiestas. Bajo la dirección del Chef Jean Imbert y su pastelero Romuald Bizart, Dior presenta una colección de bombones artesanales inspirados en la elegancia atemporal y los símbolos icónicos de la casa.
Cada pieza de esta colección es una verdadera obra maestra gustativa. Desde los bombones esculpidos con la forma de la emblemática abeja Dior hasta los adornados con motivos inspirados en las creaciones de alta costura, estos dulces son como objetos de arte, que deleitan tanto la vista como el paladar.
Estas excepcionales creaciones de chocolate no son simples golosinas. Son testimonio de la particular atención que la Casa Dior presta a los detalles y a su patrimonio único. Los motivos retoman los elementos emblemáticos de la casa: el bastón Dior, las iniciales «CD» o las delicadas formas de la naturaleza, todos creados con una precisión meticulosa.
Una experiencia gustativa exclusiva en el corazón de París
Situada en la boutique Dior del 30 de Montaigne, La Pâtisserie ofrece a los visitantes una lujosa experiencia gourmet. Tanto si estás de paso para un dulce descanso como si buscas un regalo excepcional para las fiestas, estos bombones harán las delicias de los amantes de la pastelería fina y la elegancia.
Cada caja está cuidadosamente preparada y presentada en un estuche de la marca Dior, en perfecta armonía con la estética de la casa. Un verdadero homenaje a la decadencia parisina y al arte de agasajar.
París, capital de la elegancia gourmet
Con esta colección exclusiva, Dior refuerza una vez más su estatus de símbolo del lujo francés. Mezclando moda y gastronomía, la casa ilustra a la perfección aquello por lo que se conoce a París: una ciudad donde la elegancia y el refinamiento se encuentran en cada detalle, incluso en el plato.