El Museo de Artes Decorativas pone de relieve el «depósito modelo» en una exposición fascinante
El Museo de Artes Decorativas de París abre sus puertas a una exposición única titulada «La mode en modèles: Photographies des années 1920-1930», disponible hasta el 26 de enero de 2025.
Esta retrospectiva examina el «registro de modelos», una práctica poco conocida pero crucial en los años 20 y 30, utilizada por las grandes casas de lujo para combatir las falsificaciones. En un periodo de efervescencia cultural de entreguerras, este proceso permitió a los diseñadores proteger sus obras de imitaciones cada vez más frecuentes.
El depósito de modelos consistía en fotografías de trajes tomadas desde distintos ángulos para captar todos los detalles, que servían como prueba legal en caso de litigio. «Estos archivos son testimonio de un patrimonio creativo y de una época en la que la moda francesa se reinventaba», explica el museo. A través de las fotografías expuestas, los visitantes descubren nombres emblemáticos como Elsa Schiaparelli, Jean Patou y Madeleine Vionnet, figuras que dejaron su impronta en la moda con creaciones atrevidas que se han convertido en puntos de referencia. En 1921, Vionnet, pionera del corte al bies, defendió su invento contra las copias ante los tribunales, dando legitimidad al proceso.
Una exploración artística de la fotografía de moda
Aunque se trataba de una práctica estrictamente legal, el registro de modelos superó rápidamente su función primordial para convertirse en un acto creativo. Algunos modistos, como Paul Poiret, colocaban a sus modelos en escenarios artísticos, rodeadas de obras de arte y muebles, transformando las fotografías en verdaderas obras de arte. Madeleine Vionnet, por su parte, jugaba con efectos de espejo para acentuar la perspectiva y el movimiento de sus trajes.
Estas fotografías, realizadas por artistas de renombre como Man Ray, Paul Béjat y Thérèse Bonney, reflejan una época en la que la moda y la fotografía se entrelazaron, creando un estilo único y vanguardista. Este movimiento contribuyó al auge de la prensa de moda y a la venta de artículos de alta gama, a pesar de su uso privado inicial. La exposición ofrece una visión fascinante de esta época, al tiempo que destaca la importancia del registro de diseños para proteger la propiedad intelectual en la moda.
En un contexto en el que la falsificación sigue estando muy extendida, esta exposición rinde homenaje a la pericia de los diseñadores de moda y al patrimonio intangible del lujo francés. Revela una parte de la historia de la moda en la que el arte y la legislación se combinan para preservar la singularidad y autenticidad de las creaciones francesas.
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