Cejas blanqueadas: ¿por qué se atreve todo el mundo?

Una mirada sin contornos, una identidad en mutación. Fantasía futurista o grito de emancipación, las cejas decoloradas sacuden los códigos estéticos. De los desfiles a los selfies de TikTok, esta tendencia capilar radical fascina, divide y, sobre todo, da que hablar.

La ceja discreta: un lugar de expresión para los diseñadores

Todo empezó en la pasarela. En Schiaparelli, Irina Shayk apareció metamorfoseada, casi irreal. Junto a ella, Balenciaga, Versace y Givenchy comprendieron rápidamente el poder visual de las cejas decoloradas: purifican el rostro, lo hacen maleable, casi neutro.

No es sólo una coquetería vanguardista. Es una herramienta escenográfica. El ojo se convierte en una escultura móvil, una superficie que se rediseña con cada aplicación de maquillaje. La ceja borrada no es una ausencia: es una promesa de transformación.

Una estética fantasmal adoptada por los famosos

Los iconos del pop siguen los pasos de las grandes casas de moda. Beyoncé, Doja Cat, Miley Cyrus, Lady Gaga… Todas han cambiado sus impecables arcos por esta extraña y espectral blancura.

Esta mirada, a medio camino entre la suavidad lunar y la provocación estilizada, cuestiona nuestra percepción del rostro. Desdibuja nuestros puntos de referencia: se acabaron las líneas claras, los marcos fijos. La personalidad se expresa en otra parte: en los ojos, en la actitud.

Un gesto de belleza convertido en lenguaje visual

¿Por qué es tan popular? Porque en 2025, la ceja blanqueada es más que una elección estética. Refleja una época en la que se están rompiendo las normas, en la que el individuo reivindica la vaguedad, la androginia y la sorpresa.

Este aspecto minimalista también es muy editorial. Atrapa la luz, magnifica los rasgos y encaja perfectamente con los visuales de la era digital. El resultado: en TikTok e Instagram están explotando los filtros y los tutoriales.

¿Y la prueba? Ya no está reservado a las pasarelas. Puede probarse en el cuarto de baño, adoptarse para una noche, un rodaje, un estado de ánimo. No se compromete con nada definitivo. Ofrece una pausa, un paréntesis de experimentación.

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