Hysteric Glamour: la marca japonesa de culto que traspasa generaciones
Nacida en 1984, la marca Hysteric Glamour nunca envejece: muta, se adapta y hoy atrae por igual a los fans del K-pop y a los nostálgicos del punk de los 70. ¿Cuál es el secreto de esta inusual longevidad?
Una marca moldeada por el rock, no por la moda
Para Nobuhiko Kitamura, fundador de Hysteric Glamour, la moda no es más que un pretexto para expresar un universo. Inspirado desde muy joven por la escena glam rock estadounidense -de Suzi Quatro a Patti Smith, pasando por MC5-, desarrolló una estética impregnada de música, imágenes vintage, cómics y publicidad de masas.
Graduado por la Tokyo Mode Gakuen, rechazó el conformismo minimalista encarnado por Comme des Garçons y Yohji Yamamoto, que en aquel momento estaban en plena conquista de Occidente. Prefiere el estilo de segunda mano, crudo y secuestrado de los armarios rockeros, y sueña con recrear el espíritu de las tiendas de segunda mano musicales a través de sus colecciones.
La antimarca convertida en culto internacional
Antes de Bape o Undercover, Hysteric Glamour lideró la moda callejera japonesa rebelde y provocativa, nacida en las callejuelas deHarajuku. Pero fue en Nueva York y Londres, a finales de los 80, donde la marca empezó a brillar. El propio Kurt Cobain vistió una camiseta de Sonic Youth diseñada por Kitamura para Kim Gordon, ferviente admiradora de la marca.
Detrás de sus eslóganes pop, visuales escandalosos y siluetas unisex, la marca cultiva un aura underground y artística, con colaboraciones de vanguardia, desde Supreme a Kiko Kostadinov.
Una estética intergeneracional que resiste el paso del tiempo
Hoy en día, la Generación Z sigue apropiándose de las piezas de Hysteric Glamour, junto con los fieles seguidores de los primeros días. El mismo vestuario para generaciones radicalmente distintas, que comparten la pasión por la insolencia gráfica, el algodón pesado y los cortes sencillos.
Para conmemorar su 40 aniversario, Kitamura está planeando un original álbum de recortes, un registro visual de una aventura en la que la ropa se convierte en lenguaje y manifiesto.
Más diseñador que empresario
A diferencia de muchos fundadores, Kitamura se niega a hablar de «empresa». Se define a sí mismo como diseñador-artista, publica libros de fotos, apoya a figuras como Daidō Moriyama y Nobuyoshi Araki, y está dispuesto a mantener su marca fuera de la lógica capitalista.
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