Maison Gazelle: el nuevo café que electriza París
Cálido, refinado y deliciosamente indulgente, este nuevo restaurante parisino está sacando el género de moda con estilo. Bienvenido a la Maison Gazelle.
Un nuevo concepto en París
La Maison Gazelle rompe los códigos de la cafetería. Aquí se celebra la almendra en todas sus formas. La dirección mezcla influencias marroquíes y francesas, con una rara elegancia. Al timón está Sara Boukhaled, una joven empresaria inspirada e inspiradora. ¿Su ambición? Conciliar indulgencia y bienestar sin sacrificar nunca el sabor.
La repostería marroquí reinventada
El menú hace honor a los clásicos marroquíes: cuernos de gacela, msemen, crêpes mille trous y briouates. Pero todo se ha rediseñado con mucho menos azúcar y más sutileza. Cada bocado revela sabores intensos, equilibrados y a veces inesperados. Un auténtico shock gustativo. Redescubrimos dulces a menudo incomprendidos.
La adictiva barrita de leche de almendras
Aquí no hay leche de almendras industrial. La Maison Gazelle la prepara cada mañana, utilizando un 35% de almendras de las regiones del Atlas, el Rif o España. Las bebidas de autor son tan bellas como deliciosas. Sticky Chaï Latte, Golden Latte, Moroccan Way Coffee… Cada receta responde a un deseo de bienestar, energía o confort. Todo ello sin renunciar al placer.
Una gama de platos salados tan buenos como los dulces
El almuerzo y la comida también merecen una visita. Encontrarás chakchouka, ensalada de halloumi, tostadas khli y croque de Fez. Latostada de aguacate está enriquecida conaceite de argán yhuevos revueltos. Los productos son frescos, cuidadosamente seleccionados y a menudo ecológicos. Una cocina generosa, sin pesadez.
Una dirección artística y acogedora
Situada en el 160 del bulevar Saint-Germain, la Maison Gazelle destilahospitalidad marroquí. Fuentes, zelliges, terciopelo almendrado: cada detalle de la decoración invita a relajarse. La casa también trabaja con artistas marroquíes contemporáneos. Músicos, ceramistas y diseñadores vienen a animar el lugar. Es un café, una galería y un salón, todo en uno.
La Maison Gazelle no sólo sirve buen café. Cuenta una historia. Celebra una cultura. Y, sobre todo, hace que quieras volver. Una visita obligada, ya sea para desayunar, almorzar o tomar una leche de almendras después del trabajo.