Balenciaga y la era del narcisismo

Con su nueva campaña Brand Ambassador Fanclub Series, Balenciaga presenta a sus musas en un atrevido juego de mise en abyme, a medio camino entre el culto a la personalidad y la cultura pop.

Balenciaga lleva un paso más allá su reflexión sobrela hiperencarnación y el famoseo. En su última campaña, la casa de moda presenta a cinco de sus embajadoras: Kim Kardashian, Isabelle Huppert, Nicole Kidman, Michelle Yeoh y PP Krit Amnuaydechkorn. ¿El concepto? Cada una de ellas lleva una camiseta con su imagen, con su autógrafo impreso en la espalda. Es un planteamiento que coquetea con la autocelebración y se inspira en el merchandising de los conciertos, con su mezcla de objetos coleccionables y kitsch.

Cuando Balenciaga juega con los códigos del club de fans

Esta serie de camisetas, presentada durante la colección Otoño 2025, retoma los códigos del streetwear vintage: cortes holgados, estampados desteñidos y tipografía XXL. Responde a la filosofía de Demna, director artístico de Balenciaga, a quien le gusta difuminar las fronteras entre el lujo y la cultura de masas.

Desde hace varios años, Balenciaga explora el mundo del fandom. En 2020, la marca lanzó Balenciaga Music, un proyecto que combinaba moda y listas de reproducción exclusivas en colaboración con artistas como Acid Arab, RuPaul y Aya Nakamura. En 2021, fue aún más lejos, fotografiando a fans de Rammstein posando en sus dormitorios con piezas inspiradas en el merchandising del rock.

Los autorretratos como nueva firma del lujo

Esta campaña no sólo juega con referencias pop. Sublima la era del selfie y el narcisismo con un formato de comunicación ultramoderno: autorretratos, vídeos de Instagram y selfies tomados por las propias estrellas. Es una forma inteligente de que Balenciaga se apropie de los códigos de las redes sociales y ancle su imagen en un mundo en el que el ego y la fama se están convirtiendo en bienes de lujo.

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