Harry Nuriev celebra los 120 años de CARON con una «atrevida» pop-up
Con motivo de este aniversario, la boutique CARON se transforma en un espacio olfativo único, reflejo de la dualidad de sus fragancias legendarias.
Fundada en 1904 por Ernest Daltroff y Félicie Wanpouille, CARON es una casa francesa de Alta Perfumería conocida por sus fragancias icónicas, como Tabac Blond (1919) y Pour Un Homme de CARON (1934). Durante 120 años, la casa ha creado fragancias basadas en las dualidades de materiales inesperados. Hoy, bajo la dirección deAriane de Rothschild y Olivia de Rothschild, Directora Artística, CARON sigue reinventando sus fragancias legendarias, al tiempo que innova con creaciones singulares como Tabac Exquis y Musc Oli.
En París, la boutique CARON se ha transformado en un espacio envolvente para celebrar el 120 aniversario de la empresa. Los visitantes se sumergen en un mundo de aromas donde las fragancias, que mezclan dulzura y masculinidad, cuentan la historia de más de un siglo de historia. La sala de exposiciones se convierte en un homenaje a las fragancias emblemáticas de CARON, como su primera fragancia masculina, símbolo de la emancipación de la mujer en los años 20. El ADN de CARON: «adelantarse a los tiempos para escribirlos mejor».
Una escenografía entre el pasado y el presente
Bajo la dirección artística deOlivia de Rothschild, la escenografía actual está impregnada del pasado.
«Harry Nuriev y yo ideamos una escenografía en la encrucijada de la fantasía y la realidad. dice. Reinterpretan los archivos de la Casa. Nuriev, director de los Estudios Crosby, describe la experiencia : «La historia de la Casa es muy rica. Con tanto ADN, sólo puedes querer una cosa: transponerlo al futuro. Es un proceso fascinante. La alquimia entre la visión de Nuriev y la herencia de CARON infunde a esta pop-up una dosis de audacia y modernidad.
El punto culminante de esta escenografía es la reinvención de la fuente de perfume, uno de los objetos legendarios de la Casa. Harry Nuriev optó por modernizarla. Para ello, ha combinado el acero con las paredes de piedra de la boutique. El resultado es un diálogo entre el pasado y el presente. La instalación, que recuerda a una fuente de la juventud, invita a los visitantes a soñar. Según Olivia de Rothschild, esta dirección artística «inspira sueños, a la vez que es sostenible».
Una pop-up en París para una experiencia sensorial y visual única. 23 rue François 1er, 75008.
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